El caso es que pasamos un fin de semana diferente, porque el domingo nos fuimos a una casa de campo que tiene la familia de Carmen, a que los peques disfrutasen del ambiente rústico propio del lugar. Bueno, ellos y los titos y primos que se vinieron con nosotros.
Pero primero empecemos por el sábado. Fuimos a comprarle a los peques unas sandalias (obviamente las del año apasado ya no les valen), porque la llegada del calor les estaba haciendo cocerse un poco los pies. El caso es que acabamos en una zapatería infantil que tiene unos pequeños asientos para que los niños se entretengan jugando a montarse en animalitos:
Lo curioso es que esto era exactamente igual en mi propia infancia: recuerdo perfectamente haber estado de niño en esta zapatería y que esto estaba así. Quizá haya cambiado algo, pero la idea era exactamente la misma. Que manera de permanecer.
Luego los peques estuvieron disfrutando un rato de un artista callejero que se dedicaba a hacer pompas gigantes de jabón para disfrute de grandes y pequeños. Sobre todo de pequeños, no tengo claro que estos señores se hayan dado cuenta de cual es su público potencial más serio, pero las imágenes lo dicen todo:
En cualquier caso lo más interesante del fin de semana fue el domingo. Los peques en el campo, no les hemos acostumbrado mucho a ir al campo la verdad. Así que en gran parte fue una novedad para ellos. se lo pasaron muy bien, se portaron mucho con el pipi e incluso comieron muy bien (ya se sabe que el campo da hambre). Helos aqui en unas cuantas fotos:
Ahi se les puede ver sentaditos en una mesa, donde comer comieron muy bien. Lo hicieron en la calle; bueno, la celle calle no porque eso es el campo, y calles no hay: en el exterior quiero decir. A la sombra, que hacía un calor de agarrate y no te menees.
Las gafas se las regaló la tita Rocío a los dos nanos, les regaló unas gafas a cada uno, aunque es Cristina quien más las usa, a Carlos les hacen gracia pero menos. Cristina en cambio no pierde ocasión para ponerselas. Carlitos estaba jugando con un higo (un poco verde aun) que había cogido su prima de una higuera cercana. No sé qué le hacía tanta gracia.
Quien no se separó casi ni un momento de su prima fue Cristina: se tiraron gran parte de la tarde de cuchicheos y juntitas como dos pequeñas amiguitas inseparables. Se nota que Cris es cada día más grande y ve a su prima como su "hermana mayor" que le cuenta cosas y cómplice. Estuvieron un buen rato tumbaditas en una cama contándose cositas, vete tú a saber qué. Helas aquí.
Para acabar, un video del papi refresacando un poco a los monos y a sí mismo. si es que hacía un calor...
Ale, otro dia más! Ciao!
3 comentarios:
Al ver la foto me he visto sentado en esas sillas de la tienda de zapato. Estaba escondido en lo mas profundo de mi subsconsciente...
Saludos desde London
Alvaro
A que sí, Alvaro? A mi me pasa lo mismo
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