Estos ultimos días han sido tranquilos en casa. Los peques han estado más o menos sanos, lo cual no está mal, y los días han pasado plácidamente. Están avanzando mucho en algunos aspectos, por ejemplo, están empezando a querer comer por sí mismos (a ver si los filmo un día de estos; son un espectáculo). Pero bueno, en general han sido días tranquilos sin mucho que contar.
Este fin de semana pasado ha sido un exponente claro. Nos hemos quedado en casita durante el fin de semana, y hemos hecho pocas cosas. Bueno, el sábado estuvimos de tiendas, comprando distintas cosillas que nos iban haciendo falta, y hemos comenzado a explorar el proceloso mundo de las camas para niños pequeños. No tardaremos demasiado en sacarles de las cunas, y hay que ir mirando las distintas soluciones que hay. Lo malo es que nuestra en nuestra caja de cerillas particular (léase casa) no hay mucho espacio y hay que mirarlo muy bien porque no todo cabe.
El domingo por la mañana nos fuimos a la playita, aprovechando que hacía bueno.
Carlos, para variar, quería irse al agua. Cristina aguantó un rato jugando en la arena, pero al cabo de un rato el agua le tiró más y se acercó a la orilla con su hermano. Podéis ver a la niña con gorrito y a su hermano sin nada en la cabeza: ni a una había manera de quitárselo (¡coqueta!) ni al otro de ponérselo (¡cabezón!).
También estuvimos un rato sentados en una terracita de la playa tomando algo; los peques se pusieron morados a patatas fritas y puntilla de calamar (Carlos particularmente). Se portaron muy bien y estuvieron muy formalitos sentados en la silla del bar, sin trona ni nada. Si es que son de mayores ya...
Lo malo es que a la vuelta a casa se nos durmieron, y luego no hubo manera de que se durmieran la siesta. Acabamos llevando un día rarísimo de horarios, durmiendo completamente a deshoras y acostándose a las mil.
Por la tarde estuvimos en el jardín de casa, jugando con las motos que el tito Álvaro les regaló por Navidad. Esta es una de las pocas cosas en que Cristina lo hace algo mejor que Carlos en asuntos relacionados con la destreza física. La verdad es que se desliza mejor, coge más velocidad y se siente más confiada de sus posibilidades. Aquí les tenemos recorriendo el jardín
Por hoy nada más. Esta Semana Santa de cinco días que el calendario nos ha dado estaremos en Albacete. Ya veremos lo que da de sí tanto tiempo con los primos y abuelos.
Abur!
4 comentarios:
Que lo paseis bien por Albacete, anque el tiempo no se si dará tregua! En tema de las camas tambíen supondrá un quebradero de cabeza para nosotros, la habitación es pequeña y tendrán que dormir los dos juntos, por lo menos los primeros años! a pasarlo bien estos días!
Me alegro mucho que mis sobrinos jueguen con las motos...
Recuerdales quien soy, que con lo poco que me ven se van a olvidar de mi! (handicaps del expatriado)
Saludos desde London
Alvaro
VAMOS PAPI!!! Al final se han arrancado y ya ian a hacer una carrera. Les veo subidos en la bici en menos que canta un gallo. Con lo de las camas, ya me contarás cómo lo solucionas. Nosotros de momento, en sus cunas, que son de 1,40 y todavía les valen... pero las soluciones que más nos gustaban para el futuro era de la marca FLEXA (tipo literas modulares, que pueden hacerse cama)
A las bicis ya se quieren subir, muermiK, y a los patinetes también. No tienen límites ni mesura alguna.
madredemellizos, estos también duermen juntos, y así van a seguir una añitos. a ver lo que aguantan (o aguantamos nosotros!)
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