Hace ya tiempo que no vamos a Albacete; con esto del reposo relativo y de las molestias de Carmen no nos hemos acercado en todo el verano. Y la verdad es que teníamos algo de mono de sobrinos, así que este fin de semana han venido a vernos.
¡Y están cambiados! Rocío está más alta, pero sobre todo más mayor. Es ya una personita pero de verdad (y ya le pega a la piscina ¡hay pruebas!). Y Pedro, bueno, un niño de casi dos años en 3 meses cambia muchísimo. Están muy graciosos, aunque cuesta seguirlos ¡que energía tienen los niños!
Sobre todo Pedro, lo cual da que pensar. Si un solo niño de menos de 2 años exige tanta energía tan sólo para prestarle atención durante un par de días ¿que nos va a pasar cuando sean dos 24H al día? Mis esperanzas están en que salgan a mí y sean igual de tranquilotes, porque si no es así... no lo vamos a aguantar.
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