Bueno, allá vamos con la traca final de las vacaciones.
Empecemos con lo más fuerte: ¡Cristina empezó a caminar solita durante estos días! Ya Carlos había comenzado a andar hace unos meses y de hecho ya es un experto cuyos retos no son mantenerse de pie andando sino pasar al correr y al subir/bajar escalones. Pero Cristina iba un poco por detrás, y aún no se había arrancado sola, aunque sí que andaba mucho de la manita. El caso es que un día estaba yo en nuestro apartamento del hotel, Carmen duchándose y estos dos en la habitación. Yo estaba tras la minicocina haciendo algo y controlando que no hicieran ninguna barrabasada, cuando de pronto veo que Cristina se suelta del sofá donde estaba sujeta de pie y se lanza a andar ¡sola! Lo malo es que iba directa a una pared, peor aún, a una esquina que formaba una columna del edificio. No se si llegué a balbucear algo o si sólo me quedé pasmado y expectante, pero al final se desvió y sólo rozó con el hombro en la pared y no llegó a pasar nada. A partir de ese momento Cristina empezó a caminar solita y desde entonces no ha parado. El video siguiente se filmó el mismo día que hizo la maniobra descrita, desde luego la niña ya estaba preparada, era solo una cuestión de confianza.
Que grandes momentos. Carmen tiene otra versión de los primeros pasos, pero no llegaron a verse. El día anterior al que he descrito ella estaba preparando algo cuando escuchó a sus espaldas unos pasos que llegaron a tocar sus piernas por detras. "Carlitos, quehaces ahí?" o algo sí le dijo, asumiendo que los pasos sólo los podía producir Carlos. Pero no era Carlos sino Cristina. Que sorpresa. Pero no la llegó a ver andar.
Otro de los grandes momentos de las vacaciones (varios momentos en realidad) fue el descubrimiento de los complementos. Cristina especialmente, pero también Carlos, concluyeron que era mucho más divertido llevar gafitas que no hacerlo. Y se lanzaron a ello, obsérvese la serie de fotos que sigue.
Tanto Carlos como Cristina se han sentado en la mayoría de las comidas con nosotros. Esto también es una experiencia relativamente nueva para ellos, aunque ya arrancamos en Arnés.
A los dos peques les gustan mucho las bicis, triciclos, motos para niños, etc etc. Todos estos medios de locomoción infantil les chiflan, y siempre que pueden se acercan a uno. Pues bien, en la playa de Peñíscola hay varios sitios donde alquilan bicicletas, triciclos, o coches de pedales, y he aquí que los primos alquilaron por un rato unos cochecitos de pedales. Pero claro, los dos peques querían montarse también, empujados por sus mayores eso sí, y cuidando de que no se cayeran. Pero no solo no se cayeron sino que se lo pasaron en grande:
Otra gran nueva experiencia: Carlitos con manguitos en la piscina. Que usan con gran habilidad ya los flotadores que les compramos, ya está documentado y explicado en repetidas ocasiones. Pero estos días probamos a ponerles unos manguitos, a ver cómo reaccionaban. Cristina lo verdad es que ni quiso ponerse los manguitos, aunque le gustaban mucho para perseguirlos por la piscina. Sin embargo Carlos no solo los aceptó sino que los disfrutó como un mono:
Como un mono que traga mucha agua, claro está. Al final, aunque se apañaba bastante bien y se lo pasaba en grande, tuvimos que quitárselos porque se estaba bebiendo media piscina. Y eso que, como se puede apreciar en el video, enseguida aprendió que es conveniente mantener la boca cerrada, que si no...
Me dejo seguro otras mil cosas que comentar, pero voy a parar ya de escribir sobre las vacaciones que acabaron hace ya más de tres semanas. Van pasando otras muchas cosas mientras tanto, y algunas de ellas merecen ser contadas, así que a ello me dedicaré los próximos posts.
Hasta la próxima
2 comentarios:
Madremía, sí que han dado de sí estas vacaciones!!! Ya tenéis a los 2 correteando. Y ahora a esperar a las próximas ;)
Bueno,
Como siempre los nenes encantadores.
Me ha impactado el comentario de Pedro "que los manguitos te los ha comprado el Tito Pedro, que son de la patrulla X"!!! Muy bueno.
A ver si os veo este fin de semana, que me dejan volver unos días.
Saludos desde Frankfurt
Álvaro
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